Empezar a practicar deporte es, junto con dejar de fumar, uno de los propósitos más comunes, no sólo a comienzos de año, si no en cualquier momento. Desgraciadamente, también es uno de los que más experiencias de fracaso conlleva. A veces la dificultad está en el inicio, es decir, en encontrar un motivo realmente poderoso que nos lleve a comprometernos con esa actividad. En otras ocasiones, aunque tengamos una motivación firme, no logramos establecer el ejercicio como un hábito, y cuando conseguimos superar estos obstáculos, podemos encontrarnos con problemas para mantener la práctica del deporte durante el tiempo suficiente.
Así pues tenemos que superar tres fases para conseguir que hacer ejercicio sea una parte natural de nuestro estilo de vida.