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Anorexia y Bulimia

¿Por qué pasa desapercibida la anorexia en hombres?

90%de mujeres y 10% de hombres.

Estamos hablando de los porcentajes de casos diagnosticados de anorexia diferenciando el sexo de los pacientes.

Sin embargo, cada vez son más las investigaciones que confirman y alertan sobre la infraestimación de los casos de anorexia y bulimia en hombres. Parece que ese 10% pasa desapercibido o se diagnostica erróneamente.

Estudios de las universidades de Glasgow y Oxford concluyeron que los chicos que padecen trastornos de alimentación no están recibiendo la atención adecuada a tiempo. Esto se debe, dicen los autores, a que los chicos tardan mucho tiempo en pedir ayuda, la familia y las personas cercanas no se alertan ante los síntomas, y una vez que acuden a consulta médica, muchos de ellos son erróneamente diagnosticados con depresión.

¿Por qué pasan desapercibidos los trastornos alimentarios en varones?

En primer lugar hay que preguntarse, ¿por qué los chicos tardan en pedir ayuda y su entorno no se alerta ante los síntomas?

Históricamente la anorexia y la bulimia han sido “trastornos de chicas”.

Uno de los peligrosos efectos que tiene el etiquetar la anorexia y la bulimia como “de chicas” es hacer mucho más difícil a los chicos sentirse identificados con los síntomas y los problemas asociados a estos trastornos. Existen multitud de reportajes, libros de testimonios, entrevistas y documentales en los que se abordan de una manera profesional, respetuosa y bastante exhaustiva los trastornos de alimentación. Sin embargo cuando se refieren a los casos de varones, suelen limitarse a mencionar los tres grupos de riesgo que destacan en las investigaciones. Estos son:

  • deportistas y modelos profesionales jóvenes,
  • hombres homosexuales que han sido víctimas de burlas o ataques homófobos,
  • hombres que han tenido sobrepeso y han sido acosados o rechazados por su aspecto.

Tenemos por lo tanto cuatro grandes grupos de personas que pueden padecer TCA (Trastornos de la Conducta Alimentaria): las chicas jóvenes, los chicos homosexuales, los chicos con una historia de sobrepeso y los deportistas o modelos masculinos jóvenes.

Y bien, ¿qué le ocurre a un chico que no encaja en ninguno de esos grupos?

Evidentemente tendrá muchas más dificultades para reconocer sus propios síntomas en otros ejemplos. Es una experiencia muy común relatada por los pacientes, que su primer pensamiento al ver o escuchar a otras personas con sus mismos síntomas fue algo como: “pero yo no soy igual a ella”, “eso no es exactamente lo que me pasa a mí”.

Así es como se demora en el tiempo el paso -terriblemente difícil- de asumir y reconocer que uno tiene un problema y necesita ayuda. Si a esta decisión tan dolorosa y complicada añadimos el hecho de que esos ejemplos que se muestran de la enfermedad no son de su mismo sexo u orientación sexual, dificulta mucho más sentirse identificado, que es, a fin de cuentas, uno de los objetivos más importantes de los documentales o libros testimoniales. Esto es, lograr despertar conciencias, tanto en la persona que tiene el trastorno, como en las personas cercanas a ella.

¿Por qué es tan importante ofrecer ejemplos diversos y facilitar que las personas se vean reflejadas en ellos?

Todos buscamos en las diferentes etapas de nuestra vida los grupos de referencia en quienes nos vemos reflejados, y por quienes nos sentimos comprendidos –porque son “como yo”-, gente con la que compartimos formas de ver la vida, valores o aficiones. Esta necesidad de identificación con otros ocurre también cuando tenemos problemas, especialmente si no comprendemos lo que nos pasa y porqué nos pasa –una sensación familiar para las personas con trastornos mentales o emocionales-.

Volviendo al tema del que hablamos hoy, si un chico joven que padece desde hace un tiempo anorexia o bulimia, busca y no encuentra personas con la que se identifique entre los reportajes o documentales que muestran personas que han sufrido lo mismo que él y han logrado curarse y mejorar su vida y su salud, si no los encuentra ahí, en un contexto de curación, los buscará en otra parte. ¿Dónde? Internet saca ventaja al resto de medios en este tema también. Existen webs y foros pro anorexia y pro bulimia creados y visitados únicamente por chicos, donde sí pueden encontrar personas más similares a ellos –son de su mismo sexo, no necesariamente profesionales del deporte, de cualquier orientación sexual y con o sin sobrepeso anterior-. Pero en estos lugares no encontrarán ejemplos saludables ni esperanzadores.

Este es una de las razones por las que es imprescindible y urgente que dejemos –todos, profesionales de la salud y cada uno de nosotros personalmente- de asociar la anorexia y la bulimia a la etiqueta “de chicas”, y no tratemos de categorizar a las personas que han sido diagnosticadas. Siempre, al crear categorías, asumimos el riesgo de dejar fuera a todo aquel que no coincida exactamente con las características de alguna de ellas. Y si bien es cierto que este método de clasificación es útil para facilitar y hacer más eficiente la comunicación entre profesionales, cuando se trata de informar, no debemos asumir riesgos tales como dificultar que una persona que sufre no encuentre un reflejo que le ayude a entender qué le ocurre.

Referencias:

http://bmjopen.bmj.com/content/4/4/e004342.full

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