Esta mañana cuando ha sonado el despertador has pensado “diez minutitos más”, pero a la segunda alarma te has levantado sin concederte “otros cinco minutitos” para no ir con prisas.
Te has preparado el desayuno y en lugar de unas galletas de chocolate crujientes y dulces has optado por unas tostadas porque realmente estás decidida a cuidarte un poquito más este año.
En el trabajo un compañero se ha desentendido de una tarea que le correspondía y se la ha encasquetado a otro, pero has preferido no iniciar una discusión para no empeorar el ambiente.
Al volver a casa a última hora has pasado por un escaparate donde has visto un abrigo increíble, con una buena rebaja y aunque estás intentando ahorrar para las vacaciones de verano, no has resistido la tentación y te lo has comprado.
¿Qué ha pasado a lo largo del día sin que te hayas dado cuenta?
Tu fuerza de voluntad se ha ido agotando.